Hace unos días participé en una nota de La Tercera / Pulso, titulada “La travesía de los emprendedores para alcanzar el equilibrio financiero”.
Me preguntaron algo que hoy cobra más relevancia que nunca: ¿cuánto tiempo puede realmente una startup operar sin alcanzar rentabilidad?
La respuesta no es tan directa. Pero te adelanto algo: ya no hay espacio para improvisar, ni capital para aguantar por fe.
El dinero ya no es infinito… ni barato
Durante la pandemia, muchas startups crecieron apalancadas en rondas grandes, con tasas de interés históricamente bajas. Era la era del “crecimiento a toda costa”.
Pero eso quedó atrás.
Como se destaca en el artículo de Pulso, la liquidez disminuyó, el capital es más caro, y el entorno es mucho más exigente.
Hoy, si quieres seguir operando con pérdidas, necesitas más que un buen relato: debes demostrar tracción real y eficiencia operativa.
¿Hasta cuándo entonces?
Esto fue lo que respondí en la entrevista (y lo reafirmo aquí):
“Hoy una startup puede operar sin ser rentable solo mientras demuestre que está construyendo algo que valga la pena. (…) Al final, es hasta cuando los inversionistas estén dispuestos a seguir apostando, y eso hoy depende más de los números que del impacto que se quiere generar —porque sin números, no hay impacto que se sostenga en el tiempo 😛”
Hoy, ya no se premia solo el crecimiento acelerado, sino la capacidad de demostrar que ese crecimiento es sostenible y que el modelo de negocio tiene sentido.
¿Qué están haciendo las startups?
En la nota se mencionan varios casos, algunos de los cuales conozco de cerca:
- Awto, pionera en carsharing en Chile, lamentablemente cerró sus operaciones. Un modelo intensivo en capital, con alta complejidad logística, que enfrentó dificultades para sostenerse en un contexto más exigente.
- En el otro extremo está Karün, empresa B de anteojos sostenibles, donde soy inversionista. He aprendido muchísimo acompañando su proceso.
Su desafío ha sido equilibrar una propuesta de impacto real, con una expansión internacional costosa y márgenes que exigen eficiencia. Hoy están enfocados en mejorar su rentabilidad mientras mantienen su misión. - Casos como NotCo y Betterfly, que llegaron al estatus de unicornio, también han tenido que ajustarse: reducción de personal, reestructuraciones internas y foco en lograr rentabilidad en mercados clave.
El mensaje es claro: no basta con levantar capital, hay que demostrar que ese capital genera un negocio viable.
¿Qué significa esto para los fundadores?
Significa que si estás quemando caja todos los meses, tienes que saber exactamente a dónde te está llevando ese gasto.
Porque si no puedes demostrar avances concretos, nadie va a estar dispuesto a seguir apostando por ti.
Hoy se mira más:
- El LTV/CAC (valor de cliente vs. costo de adquisición).
- La eficiencia del capital invertido.
- La claridad del camino al breakeven.
En resumen: cada mes tiene que contar
Operar sin ser rentable puede ser una etapa.
Yo lo viví con Pago Fácil.
Pero esa etapa debe tener una dirección clara, con métricas que muestren progreso, no solo esperanza.
Una startup no muere solo cuando se queda sin caja.
Muere cuando deja de tener sentido seguir apostando por ella.
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📌 Si estás en esta etapa y quieres evitar errores comunes, te invito a seguir leyendo mi blog o sumarte a El Ecosistema Startup.
Y si no leíste la nota, aquí está el enlace:
👉 La travesía de los emprendedores para alcanzar el equilibrio financiero – LT Pulso
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